domingo, 10 de marzo de 2013

LA SOLEDAD

También llamada la virgen dolorosa es el último paso que desfila en la procesión del Viernes Santo de Corella.

Constituye una escultura de madera de haya de la que solo se tallaron la cara y las manos para el retablo del Santo Cristo de la Parroquia de San Miguel de Corella, cuyo propietario era el municipio de la ciudad (Ayuntamiento). Su autor fue Pedro Sanz de Ribaflecha y cobró 26 ducados por su realización en el año 1655. Al encontrarse en gran estado de deterioro, se realizó otra imagen de menor valor artístico para procesionar en dicho cortejo.

Si bien hay que distinguir entre dos esculturas concretas, por un lado la escultura que está todo el año colocada en el retablo de la Iglesia de San Miguel Arcángel de Corella y, por otro lado, la que desfila sobre las andas todos los años cada Viernes Santo. La primera es la que hemos mencionado arriba realizada por Pedro Sanz de Ribaflecha y, la segunda fue realizada hacia los años 1980 a partir de un busto y manos de maniquí. Se le realizaron escasas reformas así como le añadieron unas lágrimas para demostrar el dolor por la muerte de su hijo.

En la actualidad procesiona bajo un rico palio de terciopelo negro con bordados de oro (aunque también dispone de un palio dorado regalo de la Señora de Arrese), con un rico manto bordado en oro y estrellas así como bien enmarcada en luces y flores.

Algo que la hace única es que constituye el único paso procesional de Semana Santa de Navarra que por derecho pontificio puede llevar palio, ya que si nos centramos en las principales imágenes de la dolorosa como la de Pamplona o Tudela no llevan palio.

Verdaderamente es una de las imágenes que más devoción crea entre los espectadores.

Imagen de la Soledad, Corella.

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